lunes, 30 de septiembre de 2024

Córdoba

Cambio de aires una temporada. Tras cuatro años geniales trabajando en la UMA, me cambio por un tiempo a la UCO.

Una pequeña aventura que me permitirá descubrir una bella ciudad con calma, vivirla, respirarla, sentirla. Odio ver las ciudades como turista, me gusta pasear sin rumbo, sin plazos, sin visitas obligadas. Sin tener que ver o hacer nada concreto.

Espero que Córdoba, cuajada de cultura, me inspire nuevos proyectos, me susurre ideas. Todo suma y alimenta mi alma. Estoy deseoso de encontrar esa cafetería o terraza en el casco antiguo de Córdoba que me invite a escribir en mi cuaderno mis próximos pasos.

Todavía no he tenido tiempo de hablar con Maimónides, Averroes o Séneca sobre arte de acción. Seguro que compartimos muchos puntos de vista. La performance da mucho juego.

martes, 27 de agosto de 2024

Inmadurez emocional

Ayer, tras unas semanas de descanso, comencé a ponerme al día. Agosto está siendo un mes insoportablemente caluroso. No recordaba una sensación tan desagradable. Un calor húmedo y bochornoso por el que me estoy planteando una huida la norte. Este podría ser el tema, pero quiero hablar de otra cosa.

Por qué tiene la gente la manía de competir conmigo. Me pasa siempre. Siempre que consigo algo, que logro algún pequeño éxito o reconocimiento, aparece el tonto o la tonta que quiere demostrar que la tiene más grande. Que se lo merecía más, que es más inteligente, demostrar que es superior. No solamente hablo de lo artístico, sino también del mundo académico, brotan quienes necesitan demostrarme que saben más que yo de performance o de las materias que imparto en el grado de historia del arte. Ellos ganan, yo no sé nada, estoy en un continuo y feliz aprendizaje.

Aunque es evidente el complejo de inferioridad que despierta esa reacción, no deja de ser una sensación muy cansina, especialmente si uno no se considera una persona competitiva. No me quiero medir con nadie, ni compararme, es más, generalmente me importa poco lo que hacen los demás. Siento decirlo tan crudamente. Si consiguen algo me parece maravilloso, no soy envidioso, pero estoy enfocado en lo mío, me dedico a trabajar y poco más. Soy un ratón de biblioteca. No concibo esa lucha de egos absurda.

Para mí el éxito de los demás no es una amenaza ni un motivo de comparación, sino algo que simplemente sucede y que celebro si le ocurre a un amigo o conocido. Por eso no entiendo porque mis logros ofenden o molestan a los demás, aunque intuyo la inmadurez emocional que genera esa reacción.

viernes, 9 de agosto de 2024

Paseando por Madrid

En estas fechas, difícilmente me veréis tumbado al sol en una playa —a veces envidio a quien tiene esa capacidad de no hacer nada, pero yo me aburro—, aprovecho las vacaciones para pasear, observar, descubrir, cotillear, aprender. No me tomo vacaciones de mí mismo, porque no hay un personaje, no soy actor, no interpreto ante un público. No puedo separar o dividir lo que es indivisible. ¿Acaso no es esa la diferencia entre la performance y el teatro?

Mi trabajo debe entenderse como un proceso vital, más que una obra en sí. Un recorrido indisoluble con el resto de aspectos de mi vida. Mi mundo artístico es simplemente mi mundo, no hay fronteras entre ambos aspectos. Evolucionan a la par. No hay separación, es vida, por eso sólo concibo la perfomance como verdad, alejada lo más posible de la ficción y del espectáculo del arte.

miércoles, 17 de julio de 2024

Felices vacaciones a quien se las merezca

Acabo de cerrar las actas de las dos últimas asignaturas. No me termino de acostumbrar a que septiembre (Segunda Convocatoria Ordinaria) sea ahora. Reconozco que disfruto en la universidad... me encanta la investigación, mis compañeros, los alumnos. Estoy terminando un texto que debo entregar la semana que viene y luego cerraré el chiringuito unas semanas. Necesito descansar, llevar esta doble vida artística y académica es terriblemente agotador. Ambas implican un trabajo duro a tiempo completo, pero a la vez me resulta muy satisfactorio y estimulante. Mi vida es cualquier cosa menos aburrida.

A la vuelta deberé prepararme. Sé que se avecinan cambios en el plano artístico, la rueda de la fortuna me avisa. Vienen tiempos complejos y engañosos. Intentaré ser prudente. No me asustan las hostilidades ni el trabajo, nunca me han regalado nada, lo poco o mucho que voy logrando lo consigo a pesar del mundo.

En lo personal, este último año ha sido complicado, un “curso” de aprendizaje en la vida. No desearía repetirlo, pero me ha fortalecido. Sé que es algo que se dice siempre, pero en este caso es verdad, soy consciente de mi cambio, me ha endurecido. He madurado y aprendido algunas lecciones importantes. Ya tengo cuatro estrellas en el cielo.

Felices vacaciones a quien se las merezca.

miércoles, 3 de julio de 2024

Performance, performance y más performance

Marc Montijano performance
Cada cierto tiempo revisito los libros que más me han inspirado. Me interesan sobre todo entrevistas, biografías o escritos de artistas. Retomo ideas, leo frases subrayadas y recuerdo conceptos que es su momento me ayudaron. Ai Weiwei, Beuys, Duchamp, Picasso, Lucio Muñoz, Millares, Chris Burden, Santiago Sierra, Regina José Galindo, Valie Export… En esta pequeña selección, entran y salen nombres continuamente. No necesariamente admiro ciegamente a los artistas a los que leo, pero si me interesa lo que hacen, cómo lo hace y, sobre todo, cómo piensan. Hace poco he vuelto a leer todo lo que tengo sobre Marina Abramovic, ella suele estar siempre en esta sección de mi biblioteca, donde los performers y la performance tiene un lugar destacado. Aunque reconozco que no siempre he tenido mucha conexión con Abramovic, con los años estoy comenzando a apreciarla desde otra óptica y aprendiendo enormemente de ella.

Pero sin duda, Marcel Duchamp es la figura crucial para mí, su filosofía de vida me ha marcado y siempre que puedo lo saco a relucir. A todos los que nos interesa el arte conceptual, la performance es 90% conceptual, somos hijos legítimos o ilegítimos de Duchamp. La imagen que ilustra este texto está tomada en 2024, una pequeña performance en un aula de la Universidad de Málaga, universidad en la que doy clases desde hace cuatro años en el Departamento de Historia del Arte. En mis clases, como le digo a los alumnos, todo es una gran performance.

lunes, 24 de junio de 2024

La cultura para una sociedad inculta

El arte se ha hecho tremendamente infantil y superficial, para gustar a una sociedad epidérmica, materialista y que huye de complejidades conceptuales. La cultura para una sociedad inculta.

Muchos creadores y demasiadas galerías oliendo el dinero, han tomado el camino comercial y fácil, saciando de vacuidad a un público cada vez más analfabeto artísticamente. Pero en último término, no son los culpables de este desastre, al fin y al cabo, les dan comida basura a los que demandan entretenimiento y comida basura (arte basura). Tal vez deberíamos empezar a señalar el origen de este mal.

El verdadero problema está en el poder, un lugar de privilegio en el que deberían primar otros criterios. Hablo de los directores de museos, de los comisarios, de los críticos de arte... profesionales que promueven y fomentan esta versión ultra capitalista y pueril del arte, sumándose irresponsablemente al carro de la moda y multiplicando su venero en su área de influencia. Ya sea por acción o por omisión.

Que nadie se preocupe, es solo una opinión, pueden seguir comprando estas piezas a precio de oro e inflando la burbuja. Es una inversión segura. Camiones llenos de muñequitos y pinturas multicolor, obras vacías e inofensivas que huelen a plástico llegarán pronto a tu ciudad y quedarán preciosas en tu salón.

viernes, 10 de mayo de 2024

El camino del ermitaño

Mi mundo es áspero y austero, es del color del saco, de la cuerda. No es rosa, ni arcoíris, no hay confeti ni un puñetero DJ amenizando la velada. Abrazo todas las banderas y ninguna, sin ser abanderado de nada. No participo de la fiesta, no hay nada que celebrar.

Mi trabajo es introspección y soledad. Así ha sido siempre.

No verás mi obra en estos rincones festivos del arte, sean garitos de modernos o grandes moradas del poder. Mi trabajo no sirve de relleno, ni es una excusa para pasar el rato y echar unas risas. Aborrezco el arte como entretenimiento, ya estamos suficientemente entretenidos… en nuestra sociedad lo que nos hace falta es pensar. No necesitamos más propuestas para divertirnos y distraernos.

Mi arte es fruto del silencio y la quietud, de la investigación y del trabajo constante, surge alejado del ruido del rebaño. No encaja en este mundo superficial y eso me hace feliz. Seguramente muchos no lo entiendan, me extrañaría lo contrario.

martes, 16 de abril de 2024

Espíritu Dada. Mr. Duchamp, the smart phone rots my mind.

Recurro al absurdo, a la provocación, a la ironía… me gusta descolocar y crear confusión, sobre todo cuando escribo. Digo y me desdigo, no quiero grilletes. Mi madre es Marcel Duchamp, mi padre es Rrose Sélavy. No creo en los manifiestos, aunque los redacte. Todo es una gran performance.

Hace tiempo que abracé el espíritu dadaísta en mis textos. Vivo en el umbral de lo incierto. No te creas todo lo que digo, todo aquello que escribo. Dos bestias enfurecidas se lanzan dentelladas sin alcanzarse, sin apenas herirse. No te acerques a ellas, sólo yo las puedo amansar.

Al despertar mi corazón palpita triste. Es literatura, es poesía, es ficción, es realidad. Con mis palabras retorcidas quiero confundirte, hacerte huir de tu madriguera, sacarte de ese lugar cómodo en el que te has instalado, confortable pero ficticio. Voy a golpearte con mi pierna ortopédica hasta avivar tu llama. Quiero que abraces el antiarte y aborrezcas el mercantilismo actual. Pronto llegarán los barcos de China cargados de regalos.

Tal vez no sea culpa tuya, vivimos en una sociedad idiotizada en la que no existe la culpa. Mr. Duchamp, the smart phone rots my mind. Todos somos víctimas, la debilidad hecha virtud. Para no anestesiarme con fármacos, leo y releo continuamente los mismos libros sobre filosofía, arte, simbología, religión y esoterismo, y pronto los olvido. Son libros que huelen a viejo. Mi mente es frágil y mi biblioteca demasiado extensa. Debería trasladarme a una casa más grande.

jueves, 11 de abril de 2024

Encontrando el camino

Tras este falso retiro de meses, trabajando mucho pero alejado del ruido del arte mundano y servil, apartado de grupos y grupúsculos, de risas y abrazos huecos, estoy retomando el camino. Qué zalamero y venenoso es nuestro mundo. Desintoxicado de energías oscuras, he podido pensar hacía donde camino con mi trabajo artístico o lo que es lo mismo, hacía donde va mi vida. Nuestra vida.

Necesitaba hacer balance, algo fundamental después de muchos años dando guerra. Pelear siempre a contracorriente desgasta. Necesitaba respirar profundo. Sin interferencias todo se aclara, sin prisas absurdas he podido hacer un ejercicio de introspección, muy necesario y sanador. Fortalecido y con gran parte de las heridas curadas, no he llegado a ninguna conclusión mágica, pero he subrayado algo que siempre he sabido: luchamos sin bandera y solos.

Como digo, no he descubierto nada nuevo, pero a veces necesito recordar obviedades para sonreír al mirar atrás. Todo esto lo hemos logrado sin la ayuda de nadie. Siempre ha sido así, peleamos en el arte sin servidumbres ni vasallajes, desde la verdad, lo que nos hace más fuertes e imprevisibles.

DESPERTA FERRO.

domingo, 10 de marzo de 2024

Pequeño homenaje a Camila Cañeque (1984-2024)

Hace menos de un mes que falleció la artista barcelonesa Camila Cañeque a los 39 años y he querido hacerle un pequeño homenaje en ARCO. Un proyecto sin ruido, desde el corazón. Necesitaba despedirme.

Somos pocos los locos que peleamos bajo la bandera del arte de acción y menos los que lo hacen sin escudo, como lo hacía Camila Cañeque. Su trabajo reflejaba su forma de pensar, era real, veraz. Su obra era coherente y consecuente, algo inusual en este circo vanidoso al que llamamos arte. Tomó el camino difícil. Arte y vida unidos, sin seguir las modas, sin coger ningún atajo. No estaba arropada y protegida por un colectivo, era una voz libre y, sobre todo, valiente. Ella no hacía performances de panfletos, no se detenía en mensajes fáciles, su universo era más profundo, y se nutría de reflexiones filosóficas complejas. A Camila Cañeque le preocupaba especialmente el uso que hacemos del tiempo en nuestra sociedad, como si intuyera que el suyo iba a ser breve.

He realizado la acción en ARCO, porque fue en esta feria en 2013 cuando Camila Cañeque se dio a conocer vestida de flamenca con la performance titulada Dead end. En aquella ocasión, tumbada en el suelo con poemas del Romancero gitano de García Lorca a su alrededor, hablaba sobre "la muerte de España ante el poder capitalista”.

La mía ha sido una performance pausada, sin ruido, sin buscar el foco mediático, calmada, sin pretensiones, casi una oda a la inactividad, todo un desafío en una sociedad hiperactiva y estresada que busca el éxito a cualquier precio. Una acción a contracorriente (acció a contracorrent), para despedir a esta artista que reivindicaba la pasividad, el ostracismo y la inactividad absoluta.

La performance Acció a contracorrent. Pequeño homenaje a Camila Cañeque (1984-2024), de cinco horas de duración, ha tenido lugar en ARCO Madrid el 9 de marzo de 2024. Un proyecto que reflexiona sobre el uso que hacemos del tiempo, de la vida, en nuestra sociedad. Y también un homenaje al arte valiente, transgresor y que invita a la reflexión, ahora que está tan de moda el arte acomodado.

viernes, 16 de febrero de 2024

Declaración de intenciones (Statement)

Desde hace un tiempo, estoy inmerso en la búsqueda. En mis último trabajos las cuerdas lo invaden todo, salen y entran de la obra. Se expanden. Se han convertido aún más en el eje central. Son pintadas, dibujadas, fotografiadas y están presentes. Me atan en un proceso de introspección, íntimo y silencioso.

2024 está siendo un periodo de reflexión, estoy inmerso en un cambio hacia un lugar que desconozco. Nunca me he ligado a un modo de expresión, aunque mis performances sean más conocidas que mis pinturas o mis objetos.

Mis obras mutan, cambian, están vivas. Juego con lo efímero, lo temporal, lo pasajero. Nada permanece eternamente por lo que aferrarse al objeto material es absurdo. Me interesa la idea, el acto creativo, la energía del proceso, la acción de crear. Y no tanto el objeto resultante como mercancía.

Reutilizo y reciclo constantemente mis piezas, no quiero acumular, busco un arte lo más sostenible posible. Como ya he indicado en otras ocasiones, evito la producción masiva de obras físicas, para minimizar la generación de residuos y la utilización de recursos naturales, abogando por un enfoque más ético y respetuoso con el medio ambiente.

jueves, 15 de febrero de 2024

Ciertas esperanzas

Este cuatrimestre imparto clases en la Facultad de Bellas Artes, tengo una asignatura en primero que me indica que no todo está perdido, hay vida más allá de los likes de Instagram y los reportajes de prensa interesados de dudosa objetividad. A estos chichos que no llegan a los veinte años, les importa muy poco lo que pueda decir un periódico o la televisión y ya saben que por norma los políticos mienten, han venido al mundo con la inocencia perdida. Son alumnos muy jóvenes, pero se les nota el brillo de una nueva generación con otros gustos y valores.

Todos los años, si las asignaturas me lo permiten, suelo enseñarles el trabajo de artistas actuales y les hablo de algunos creadores locales. Les muestro varias obras y debatimos. Los que han tenido más éxito, los que menos, los más arriesgados, los más comerciales… Me interesa que conozcan los grandes referentes de nuestro tiempo, pero también resulta interesante que estén al tanto del ecosistema más próximo y, sobre todo, me gusta conocer su opinión. Lo hago tanto en Bellas Artes como en Historia del Arte.

Para mi sorpresa, agradable sorpresa, los últimos años estoy notando menos docilidad hacia lo impuesto. Parece que esta nueva generación tiene más criterio, comienza a distanciarse del gusto nefasto de la última década. Ya no están enamorados del petardeo, las consignas facilonas y el arte vacío muñequil. Les sigue interesando mucho el manga y el anime, pero por la vía de la ilustración, el diseño o los videojuegos. No lo equiparan a un Rembrandt o a un Picasso, entienden que ocupan parcelas muy diferentes. Y cada vez son más los que me hablan de arte político o social y surgen nombres como Santiago Sierra o Rogelio López Cuenca (lo que me hace entrar internamente en éxtasis).

¿Esto significa que la gran burbuja de humo del capitalismo artístico se va a pinchar? No lo sé, pero albergo ciertas esperanzas y tengo claro que cada vez engañan a menos gente.

viernes, 5 de enero de 2024

Una inmaterialidad militante (Manifiesto inmaterial II)

La performance destaca, en primer lugar, como una forma artística más sostenible y comprometida, al reducir el impacto ambiental. Al evitar la producción masiva de obras físicas, la performance minimiza la generación de residuos y la utilización de recursos naturales, abogando por un enfoque más ético y respetuoso con el medio ambiente. En mi caso, para acudir al ejemplo más cercano, para elaborar las performances e instalaciones, evito materiales sintéticos y contaminantes, usando siempre cuerdas de origen natural, de cáñamo concretamente —cada vez más costosas y complicadas de encontrar—, y objetos reciclados que reutilizo dándoles una nueva vida. Los objetos que intervengo y que empleo en las instalaciones y performances, han sido encontrados en la basura, deshechos que son devueltos a la sociedad a través del arte. En este sentido, y bajo este punto de vista, la performance no solo se erige como una expresión artística, sino también como un mensaje de compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental en el mundo del arte contemporáneo.

La elección consciente de materiales naturales y el hecho de rescatar objetos abandonados, queda claro que no es un capricho, es un posicionamiento político. Hay una parte de mis proyectos más filosófica, que requiere un análisis profundo y más detallado, pero en paralelo lanzo un mensaje claro en el que invito a un menor consumo, abogando por reutilizar y reciclar. Dando un paso definitivo en este sentido, al renunciar a la producción de objetos para el mercado del arte a partir de 2024. Mi obra ya no está a la venta, no se puede coleccionar, no se puede poseer, tan solo se puede vivir, experimentar o sentir.

Tanto en El lenguaje de los pájaros, 2023, como otros proyectos de los últimos años, sobrevuela la preocupación por el posible colapso de nuestra sociedad, fruto del materialismo desmedido y el consumismo irracional. Estos proyectos están planteados desde una inmaterialidad militante, que señala la responsabilidad de cada uno de nosotros, todos somos culpables y parte de la solución. Entiendo el arte como herramienta social y creo que debemos actuar ahora. Un cambio afrontado en el día a día, que no requiere de grandes y espectaculares conquistas, sino de algo mucho más importante, actuar en nuestro entorno cotidiano, modificar el modo en el que vivimos, acciones cotidianas que sumadas generan una notable mejora.

Al impedir en mi trabajo la compra y la posesión —base de nuestra sociedad capitalista—, e incorporar lo desechado a la obra, invito a la reflexión, cuestionando nuestra relación irresponsable con los objetos materiales y las consecuencias que ello tiene para el planeta. Estableciendo un diálogo sobre la acumulación, el desperdicio y la abundancia. Cada intervención se convierte en un testimonio visual de la capacidad de transformación inherente al arte, el arte como herramienta social, desafiando la percepción convencional de lo desechado, de aquello que no tiene valor bajo nuestra óptica consumista y del dañino ciclo de acumulación y descarte de objetos materiales. Esta práctica artística no solo se traduce en la creación de obras visuales, sino que también sirve como un eco de conciencia ambiental y social, invitando al espectador a reconsiderar la manera en que interactuamos con nuestro entorno y los objetos que conforman nuestro día a día.