Desde hace un tiempo, estoy inmerso en la búsqueda. En mis último trabajos las cuerdas lo invaden todo, salen y entran de la obra. Se expanden. Se han convertido aún más en el eje central. Son pintadas, dibujadas, fotografiadas y están presentes. Me atan en un proceso de introspección, íntimo y silencioso.
2024 está siendo un periodo de reflexión, estoy inmerso en un cambio hacia un lugar que desconozco. Nunca me he ligado a un modo de expresión, aunque mis performances sean más conocidas que mis pinturas o mis objetos.
Mis obras mutan, cambian, están vivas. Juego con lo efímero, lo temporal, lo pasajero. Nada permanece eternamente por lo que aferrarse al objeto material es absurdo. Me interesa la idea, el acto creativo, la energía del proceso, la acción de crear. Y no tanto el objeto resultante como mercancía.
Reutilizo y reciclo constantemente mis piezas, no quiero acumular, busco un arte lo más sostenible posible. Como ya he indicado en otras ocasiones, evito la producción masiva de obras físicas, para minimizar la generación de residuos y la utilización de recursos naturales, abogando por un enfoque más ético y respetuoso con el medio ambiente.