Mi mundo es áspero y austero, es del color del saco, de la cuerda. No es rosa, ni arcoíris, no hay confeti ni un puñetero DJ amenizando la velada. Abrazo todas las banderas y ninguna, sin ser abanderado de nada. No participo de la fiesta, no hay nada que celebrar.
Mi trabajo es introspección y soledad. Así ha sido siempre.
No verás mi obra en estos rincones festivos del arte, sean garitos de modernos o grandes moradas del poder. Mi trabajo no sirve de relleno, ni es una excusa para pasar el rato y echar unas risas. Aborrezco el arte como entretenimiento, ya estamos suficientemente entretenidos… en nuestra sociedad lo que nos hace falta es pensar. No necesitamos más propuestas para divertirnos y distraernos.
Mi arte es fruto del silencio y la quietud, de la investigación y del trabajo constante, surge alejado del ruido del rebaño. No encaja en este mundo superficial y eso me hace feliz. Seguramente muchos no lo entiendan, me extrañaría lo contrario.