Observar el resultado de demasiadas becas, premios o
concursos en esta tierra, resulta descorazonador. Y aunque, por fortuna, ya no
tenga que pelear por esas migajas, me entristece igualmente que la endogamia y
el amiguismo solapen totalmente el talento de muchos artistas jóvenes.
Abrimos cualquier periódico y podemos ver a los mismos
artistas, los mismos jurados, los mismos amigos, los mismos comisarios, los
mismo críticos, los mismos compañeros de risas y cervezas. El mediocre ayudando al mediocre afín, así nos
va.