lunes, 13 de julio de 2015

Varios instantes de la performance del Centre Pompidou Málaga

La vida son cuatro instantes y poder aportar algo especial a la gente es lo que hace diferente al arte. Cuando esto ocurre me lleno de felicidad y gratitud. Comparto unas palabras que ha escrito una de las participantes de la performance del sábado, el texto original es más largo, pero que con este fragmento se capta perfectamente la esencia de su vivencia:

"Durante una hora y media, fui, junto a otros hombres y mujeres de todas las edades y condiciones una de las “esculturas vivas”, de Marc. Resulta extraño ser Persona y Obra al mismo tiempo. Sentir que formas parte de las propias obras del Centre Pompidou de Málaga, y aún así, seguir perteneciendo al mundo humano. Al del espectador.

El artista nos fue situando delicadamente y de forma espontánea delante de diversas obras del museo.
Esta extraña sensación de desnudez voluntaria, de impersonalidad, de cosificación de lo humano y humanización de la obra, te lleva a un extraño estado onírico, donde abandonas toda idea racional y terrenal, y te transporta a un mundo de creación y emoción, más allá de la carne.
Sin duda, una experiencia inolvidable, intensa y emotiva".

Añado varias imágenes de la acción Las dos naturalezas (Metamorfosis XXI), del 27 de junio de 2015 en el Centre Pompidou Málaga.